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CONTENIDO

RECURSOS DE CRECIMIENTO ESPIRITUAL

Muchas religiones tienen libros sagrados. A veces, tales libros fueron escritos por el líder espiritual que fundó la religión. Se dice que algunos de esos escritos sagrados fueron revelados de maneras milagrosas, tal vez dictados por un ángel o tallados en tabletas de oro, o como un mensaje secreto que posteriormente fue descubierto y traducido.


Sin embargo, las palabras de la Biblia no bajaron del cielo en páginas de oro ni en un libro secreto entregado por un ángel. La Biblia es un milagro maravilloso, pero un milagro silencioso que expresa las palabras de Dios en lenguaje humano. Aunque fueron muchos los hombres que participaron en la escritura de las palabras de la Biblia, en realidad ella sólo tiene un autor: Dios. El proceso por el cual Dios dio sus palabras a escritores humanos se llama “inspiración divina”. Los cristianos creemos que lo que dice la Biblia son las palabras inspiradas de Dios. En su segunda carta al joven pastor Timoteo, Pablo dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16a).


Si bien no sabemos cómo fue el proceso de inspiración, sí sabemos lo que dicen algunos de sus escritores. El profeta Ezequiel, del Antiguo Testamento, dice: “La palabra del Señor vino a mí” (Ezequiel 38:1). Pablo dice que recibió su mensaje sobre Jesús debido a que “Jesucristo me lo reveló” (Gálatas 1:12b). Dios le dice a Jeremías: “Escribe en un rollo de cuero cada una de las palabras que te he dicho” (Jeremías 30:2b). El rey David dice: “El espíritu del Señor ha hablado por mí; ha usado mi lengua para comunicar su palabra” (2 Samuel 23:2). Pedro dice: “… los santos hombres de Dios hablaron bajo el control del Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21b).


Quienes escribieron la Biblia no fueron ni robots ni títeres. Por el contrario, ellos pensaban sobre lo que escribían, y cada escritor utilizó sus propios talentos y su propia experiencia a medida que era guiado por el Espíritu de Dios. La mayoría de los autores fueron testigos oculares y participaron en los acontecimientos de los cuales escribieron. Pedro dice que, junto con otros discípulos, fue testigo ocular de la majestad de Jesús (2 Pedro 1:16). Al comienzo de su evangelio, Lucas dijo que él había
“investigado todo con sumo cuidado desde su origen” y decidido escribir en orden la vida de Jesús (Lucas 1:3).


Los escritores bíblicos tenían diferentes procedencias. Moisés fue criado como príncipe de Egipto. David fue pastor, guerrero y rey. Daniel fue un alto oficial de la corte del rey babilonio. Lucas fue doctor, y Mateo recaudador de impuestos. Pedro y Juan fueron pescadores, mientras que Pablo fue versado en los escritos del Antiguo Testamento. Dios utilizó las habilidades, experiencias y educación de cada escritor inspirado. El Espíritu de Dios los fue guiando mientras registraban los acontecimientos históricos o escribían sus cartas. Debido a que Dios los guió y habló mediante ellos, sus escritos no tienen error. Se puede confiar en las palabras de la Biblia porque sus palabras, aunque escritas en lenguaje humano, son las palabras de Dios.

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¿POR QUÉ TENEMOS ESTOS LIBROS?


¿Por qué están incluidos en los dos Testamentos estos 66 libros y no otros? Ningún emperador ni líder de la iglesia decidió qué libros deberían incluirse en la Biblia. No hubo ninguna reunión especial en la cual los obispos o sacerdotes votaran sobre qué libros conservar o cuáles ignorar. Los libros del Antiguo y el Nuevo Testamento fueron reunidos durante muchos años, y finalmente reconocidos como obra de los profetas y los discípulos de Jesús. Estos libros fueron aceptados como Palabra de Dios y usados por el pueblo judío (el Antiguo Testamento) y por los cristianos (ambos Testamentos) a lo largo de los siglos.


En el libro de Éxodo leemos que “Moisés fue y le contó al pueblo todas las palabras y decisiones del Señor, y todo el pueblo respondió a una sola voz: ‘Acataremos todas las palabras que el Señor ha pronunciado’. Y Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor” (Éxodo 24:3-4a). Los libros del Antiguo Testamento fueron de autoridad para Israel porque eran reconocidos como los escritos de Moisés y los profetas y, como tal, eran aceptados como las palabras inspiradas de Dios. En los siglos anteriores al nacimiento de Jesús, los judíos estudiaban los libros del Antiguo Testamento y los leían en el Templo. Cuando Jesús y los primeros cristianos hablaban sobre “las Escrituras”, se referían a los libros del Antiguo Testamento, porque los libros del Nuevo Testamento todavía no se habían escrito.


Al igual que como con el Antiguo Testamento, los libros del Nuevo Testamento fueron reunidos en el correr del tiempo. Estos son los libros que influenciaron la vida de los primeros creyentes. En Hechos 5 aprendemos que los discípulos fueron arrestados por enseñar que Jesús había sido crucificado y que había resucitado de la muerte. Los discípulos dieron testimonio de eso, diciendo: “De esto somos testigos nosotros” (Hechos 5:32a). Los libros que tenemos ahora en el Nuevo Testamento fueron reconocidos y compartidos entre las primeras comunidades cristianas como escritos auténticos de los discípulos y Pablo –por lo que tenían autoridad—y como relatos en los cuales participaron los propios discípulos de Jesús.


Muchas veces, copias de los cuatro evangelios –Mateo, Marcos, Lucas y Juan–fueron distribuidas juntas en un solo libro, y copias de las cartas de Pablo también fueron compiladas y reunidas en un libro para su divulgación. Otros escritos como “El evangelio de Tomás”, o “El evangelio de Judas”, usaron los nombres de los discípulos pero fueron escritos muchos años después de su muerte. Estos escritos posteriores nunca tuvieron la autoridad de los libros del Nuevo Testamento y fueron reconocidos como falsos porque las enseñanzas que contenían contradecían la verdad sobre Jesús divulgada por los discípulos.


Los libros del Nuevo Testamento fueron compartidos entre las iglesias como escritos con autoridad, o sea, como relatos verdaderos, presenciados por los discípulos, y palabra inspirada por Dios. Los libros del Nuevo Testamento apuntaron a Jesucristo y a todo lo que sus discípulos habían enseñado sobre él. ¿Qué se enseñó sobre Jesús? ¿Qué enseñanzas les fueron tan cuidadosamente preservadas y entregadas a las comunidades cristianas? Continuemos descubriendo más...

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