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Lidiando con el enojo

Foto del escritor: Cristo para Todas Las NacionesCristo para Todas Las Naciones

La realidad del enojo es evidente. Sólo hace falta mirar los titulares de las noticias para ver que el enojo es un problema serio en nuestra sociedad. Investigando en la web sobre el enojo, identifiqué 841.000 sitios que tratan el tema, y un vendedor de libros en línea que tenía 860 títulos sobre el enojo.



¿Cómo estás tú con este tema? ¿Cuándo fue la última vez que estuviste enojado? El enojo pobremente manejado es la raíz de muchos problemas físicos, sociales, y emocionales, incluyendo la mala salud, las enfermedades crónicas, la depresión, las relaciones infelices, la violencia, y el crimen.


A algunas personas se les enseñó que está mal enojarse, mientras que a otras se les enseñó que tienen derecho a hacerlo. La verdad es que todos nos enojamos. El enojo es un sentimiento natural que nos advierte que algo está mal, y que puede movilizarnos a la acción contra algo que puede lastimarnos a nosotros, o a otros.


En nuestro mundo hay muchas cosas que no están bien: personas sin hogar, hambre, guerra, abuso físico o verbal. Éstas son situaciones de injusticia por las cuales debiéramos enojarnos. Pero hay otras veces en que el enojo no es tan claramente justificado.


Puede surgir a causa de una amenaza contra nuestra seguridad, identidad o control.


El enojo nos muestra que algo está fuera de orden. Entre las causas más comunes del enojo se incluyen:


• Frustración....Sientes que te malentienden, o que a nadie le importa lo que piensas.

• Maltrato.... Eres malinterpretado, y la gente divulga rumores o te ignora cuando estás en público.

• Injusticia… Haces una labor excelente en tu trabajo, pero no ganas lo suficiente para pagar tus gastos.

• Cosas irritantes que te hacen sentir fuera de control... Vives cerca de una zona de construcción donde hay ruido constante desde el amanecer hasta el anochecer.

• Orgullo herido o vergüenza... Alguien se burla de ti o te hace pasar vergüenza.

• Desilusión... Te ofreces como voluntario para un acontecimiento comunal esperando encontrar nuevos amigos, pero todos vienen en grupo y nadie habla contigo.

• Traición... Un amigo en quien confiabas comparte con otros una conversación personal.

• Pérdida, luto... Muere un ser querido, o pierdes tu trabajo. Tú piensas: ¡No hice nada para merecer esto!

• Necesitas tener la razón... Sabes lo que debes hacer, ¡pero otros insisten en estar en desacuerdo contigo!

• Estrés... Estás siempre con una agenda muy apretada, y sobrecargado.

• Impaciente… Tienes que esperar en una larga cola en el supermercado cuando hay otras cosas para hacer.

• Conflicto con tus valores... Tú estás siempre a tiempo, pero tu mejor amigo siempre llega 20 minutos tarde para las citas de almuerzo.

• Entrometidos… Otras personas te dicen lo que debes hacer, o se comportan en formas que te incomodan.

• Fatiga… Nunca duermes lo suficiente, por lo que a menudo estás al límite de tus energías.


Piensa en los últimos días, semanas, o meses. ¿Recuerdas haberte enojado por alguna de esas razones?



Yo pasé por un tiempo en mi vida en que estaba crónicamente enojada. Me sentía inferior como persona, y desaprovechaba así mi potencial. Por un tiempo viví con mucho enojo, pero luego empecé a ver sus orígenes en frustraciones, orgullo herido, y desilusiones.

El primer paso para aprender a lidiar constructivamente con el enojo es conocerse a uno mismo.


Lo cierto es que puedes aprender a usar diez guías diferentes para expresar tu enojo, pero aún así sentirás que no siempre logras controlarlo. El núcleo del problema es nuestro corazón. Nacemos centrados en nosotros mismos.


Tú y yo somos limitados. Juzgamos mal las situaciones, tomamos las cosas en forma personal, nos sentimos amenazados o dolidos, y podemos ser vengativos. Cada uno de nosotros tenemos un deseo profundo porque las cosas estén bien.


Dios estará contigo acompañándote y ayudándote a manejar tu enojo en forma saludable y productiva. Habla con amor y compasión, y expresa tu enojo de manera seria. Y cuando te sientas cansado por tus esfuerzos o frustrado por el fracaso, recuerda la invitación de Jesús: "Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso" (Mateo 11:28).



 

Texto original de "There's More to Anger than Getting Mad" por Sue von Fange

©2000 Lutheran Hour Ministries.

 

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