Cómo ser un Líder
- Cristo para Todas Las Naciones
- 25 sept
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 26 sept

Existen muchas definiciones de liderazgo, pero tomaremos una de las más conocidas. “El liderazgo consiste en la disciplina que deliberadamente ejerce su influencia en un grupo determinado a fin de avanzar hacia unas metas concretas de permanencia beneficiosa que sirve para cubrir las necesidades verdaderas del grupo".
ALGUNAS CARACTERISITICAS FUNDAMENTALES DEL LIDERAZGO
Humildad
Si abrigas la esperanza de alcanzar tu potencial como líder, harás bien en aprender a enfrentarte con las críticas con calma y de una manera agradable. Este enfoque fortalecerá tu espíritu y te dará más confianza en tu trabajo. La humildad es importante para el líder porque las personas siguen con mayor entusiasmo a aquel que tiene unos motivos que ellos saben que no es el de servirse a sí mismo. Al discernir el liderazgo y las técnicas de gerencia de personas, debemos siempre tener en mente que el liderazgo implica esencialmente servicio, aunque cuando hablamos de grandes empresas y negocios la palabra “servicio” parece estar desubicada, la confusión parece estar en la no comprensión del concepto de liderazgo y lo interpretan como poder, autoridad y honor. Reflexiona, ora y actúa según la palabra de Jesucristo: “El que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo. Porque del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida por la libertad de muchos” (Mateo 20:27-28).
Dominio propio
Es una actitud esencial y una de las características más importantes del líder. Sin él, el dirigente pierde su efectividad y, además, perderá también el respeto de sus seguidores. Con él, las personas le ven como uno que posee la determinación y la fortaleza para hacerse cargo. Cuando el dirigente no tiene control alguno sobre su propio espíritu, la más insignificante consecuencia le irrita. La verdadera prueba de valor y la habilidad del líder para defenderse por sí solo es cuando llega el momento de la crisis. La crisis elimina todo subterfugio, las palabras con doble sentido y las falsedades. Y es en este momento de crisis cuando es de suma importancia que el líder sepa tener dominio propio.
Comunicación
El liderazgo comienza con la visión. La entrega absoluta se convierte en misión que se realiza a continuación llevando a cabo ciertas metas, pero el líder no hace esto de manera aislada. La labor del líder consiste en comunicar su visión, la misión y las metas a sus seguidores con efectividad, claridad y seguridad. El líder debe de ser un buen comunicador. La habilidad que se precisa para poder comunicarse de manera efectiva por medio de la palabra y por escrito, es sin duda alguna la característica de más valor de que dispone el líder.
Perseverancia
El Apóstol Pablo dijo: “Así aunque llenos de problemas, no estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos persiguen, pero no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos destruyen” (2 Corintios 4:8-9). Eso es perseverar. El líder tendrá problemas y se sentirá desanimado, pero Dios quiere que persevere en seguir su visión. El principio de la perseverancia dice que estos problemas y dificultades se pueden vencer, pero el líder tiene que perseverar.
Para dominar estas características no es preciso haber recibido una educación, tener encanto o estar bien relacionado con la familia ni con amigos que tengan influencia, ni con un personal determinado, ni con equipos, ni materiales. Todo lo que precisa es la voluntad y no hace falta que esperes hasta mañana para comenzar a utilizar este principio de inmediato.
Comprender que los principios mencionados son pilares que te ayudarán para sacar adelante la visión que empezó con tu entendimiento con Dios. Recordemos que en las Sagradas Escrituras alguien preguntó a nuestro Señor Jesucristo ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? El les respondió: “lo que Dios quiere que hagan es que crean en aquel que él ha enviado” (Juan 6: 28-29).
Cristo nos brinda esperanza, aún cuando en nuestro liderazgo se nos presenten situaciones difíciles que alimentan la frustración. Él nos comprende porque siendo Dios, se hizo humano, a fin de que supiéramos lo profundo que es Su amor por nosotros. Por eso podemos ver nuestros fracasos y frustraciones como lecciones y transformarlas en oportunidades para nuestro crecimiento personal. En Su Palabra, Dios nos dice que el sufrimiento produce paciencia y una fe más fuerte como el metal refinado. Es esa fe que necesita el líder de hoy, y la paciencia que le hará exitoso.
De Jesucristo aprendemos la humidad. La humildad nos ayuda a ser buenos líderes – servidores, a los cuales la gente seguirá con gusto. No debemos tratar de ser los líderes dominantes quienes tratan de jactarse y llevar sus seguidores por la fuerza, sino como Jesús, quien mostró por Su ejemplo de humildad, servidumbre y amor cuán gran líder era. ¡Y lo es también hoy!
Cristo Para Todas Las Naciones / extracto y adaptación del folleto "Cómo ser un líder".
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