Hay una canción que dice: “ya lo pasado, pasado”, haciendo referencia a que lo dejamos atrás. Muchas personas nos podrán decir que debemos olvidar las cosas que pasaron y que el tiempo cura las heridas, pero en realidad casi nunca lo hace, muchas veces las empeora, porque involuntariamente el pasado regresa. Esto no sucede todos los días o a cada momento, pero sí en algunos instantes que nos conectan con la situación que vivimos, cosas que lo detonan y nos recuerdan el pasado, y nos conectan con el dolor. Otras veces tenemos que vivir este dolor cada día, porque ha afectado áreas importantes de nuestra vida.
El pasado regresa y cada vez más duro y fuerte, hasta que lo escuchamos para sanarlo, a veces regresa a través de la enfermedad, ansiedad, ataques de pánico, depresión, culpa, dolor, dificultad para relacionarse con los demás, enojo, ira, irritabilidad, olvidos, resentimiento, pesadillas, baja autoestima, estado constante de alerta, desconfianza, adicciones y la lista podría seguir. Lo que debemos saber es que esto causa sufrimiento y dolor en muchos aspectos de la vida y no merecemos vivir con este dolor, y mucho menos creer que debemos llevarlo para siempre.
Todos podemos superar las heridas
Aunque no lo creamos o veamos así, todos podemos y tenemos la fortaleza para salir de estas situaciones y sanar heridas, solo debemos entender que debemos pasar por un proceso y a veces esto será lento. En este proceso poco a poco reconstruiremos en nosotros mismos nuestra identidad y confianza. Volveremos a descubrirnos a nosotros mismos fuera del dolor y conoceremos nuestra forma personal para sanar y mejorar.
Todos los seres humanos somos resilientes, en otras palabras, capaces de sanar y aprender de lo sucedido, capaces de superar las situaciones adversas que hemos tenido. Aunque estas circunstancias o estas heridas nos hayan pegado muy fuerte y profundo que no nos permitan ver esa posibilidad, han lastimado nuestro espíritu de tal forma que no vemos el futuro con esperanza, o encontramos la calma después de la tormenta, pero debemos estar seguros que ahí está y estará, solamente debemos tomar la decisión de caminar hacia ella.
Tarde o temprano es importante que tomes el coraje de enfrentar este pasado y las heridas que te lastiman y opacan para no dejarte brillar. Ármate de valor, encuentra cuáles son tus herramientas personales, cualidades y valores y quienes son tus aliados en esta lucha, pueden ser personas cercanas como tus padres, hermanos, abuelos, pueden ser amigos y amigas que estén dispuestos a estar para ti y que te valoran y quieren lo mejor para ti, o incluso algún grupo de ayuda relacionado al tema. Recuerda que has llegado hasta este momento y este es el mejor momento para dejar de lado el pasado y volar hacia un nuevo futuro, donde todo lo que te sucedió puede llevarte a encontrar un propósito más allá del dolor. Este es el momento de empezar a vivir una vida nueva.
Extracto del artículo Sanando las heridas del pasado, autor: Renato Erazo, psicólogo
Ver artículo completo aquí - - > https://www.vivenciar.net/es/conteudos/sanandoheridas/
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