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Cáncer, ¿sentencia u oportunidad?

Actualizado: 9 abr 2020

Aún hoy el cáncer es tratado como «aquella enfermedad» o «mala enfermedad» – como si alguna enfermedad fuera buena! Todavía hoy, muchas personas ni siquiera mencionan la palabra “cáncer”, como si eso fuera el presagio de algo malo por venir. Aún hoy, el cáncer tiene su carácter devastador. Todavía hoy, poco se piensa o se discute sobre el cáncer para que la población sepa más sobre sus causas y para que puedan, mínimamente, ser combatidas.



EL TIEMPO DEL DIAGNÓSTICO – CÓMO LIDIAR CON ESO?

Ah, el diagnóstico… Esa es la hora en que el paciente parece oír su sentencia. Mi nombre es Roseli y tengo una experiencia para contar sobre este momento y la forma en que he lidiado con los resultados. Experiencias que me han convertido en una persona más fuerte, a pesar del miedo.


El cáncer, en mi vida, da sus primeros signos un día después de la Pascua de 2009. Antes de ir al trabajo, mientras tomo una ducha encuentro una mancha muy roja en la mama derecha. En la hora fui tomada por el susto y marqué una consulta con el mastólogo para tres días después de la aparición de la mancha. Todo rápido, muy rápido.


Antes de la consulta la mancha desapareció, por insistencia de las amigas del trabajo decido ir a la consulta y el médico concluyó que la mancha había sido sólo un proceso alérgico. Como ya estaba en el consultorio, un examen completo fue realizado y en ese momento, el médico encuentra un nódulo en la mama izquierda.


Yo, con 41 años, estaba a punto de recibir, oficialmente, mi diagnóstico: “Esto es un cáncer y te tienes que tratar” … «Va a tener que operar, va a tener que hacer quimio, se te caerá el pelo … pero tiene cura!» ¡De esas palabras salieron las fuerzas que me movieron en el resto del tratamiento que ni siquiera había comenzado!


La mancha de la mama derecha fue el camino elegido por Dios, para llevarme al médico y encontrar el cáncer en la mama izquierda. ¡Entonces, era hora de pensar en la cirugía!

CIRUGÍA – LA HORA DECISIVA

Exactos 51 días después del surgimiento de la mancha se agendó la fecha de mi operación. En la sala de operaciones soy confortada por la dulce presencia de mi médico. Él agarró mi mano y eso me trajo paz, después de todo, eran esas las manos que Dios iba a dirigir durante el procedimiento. Finalizada la cirugía, ya en la habitación, encuentro a mi marido, mis cuñadas, mis hermanas, más amigos, mi madrina… ¡personas amadas, muy amadas! Yo estaba libre de cáncer y de ahora en adelante, aprendería cómo es el tratamiento de esta enfermedad.

LO QUE VIENE POR DELANTE

Me sentía bien, ¡Sin dolor! Sin embargo, durante la noche, algo cambió y mi organismo comenzó a reaccionar y acumular líquido alrededor de la prótesis. Comenzaron a darme antibióticos y antiinflamatorios, pero la hinchazón continuaba y el líquido siguió acumulándose, haciendo que perdiera la movilidad de mi brazo izquierdo. Vuelvo al cirujano plástico que necesita quitar el aire y el líquido acumulado, sin embargo, no había como anestesiarme. Hecha la extracción del líquido y del aire, las cosas se fueron calmando, pero el brazo permaneció inmóvil.


El material de la mastectomía fue enviado al laboratorio para nuevos exámenes. El resultado indicaba que mi tipo de cáncer era positivo para los receptores de estrógeno y progesterona, es decir, mi tumor estaba asociado a mis hormonas. Fue marcada la primera sesión de quimioterapia. Mi caso indicaba quince sesiones con un grupo de medicamentos y quince sesiones con otro grupo, siendo las ocho primeras las más agresivas.


LA TAN TEMIDA QUIMIOTERAPIA

Cada cuerpo es único y reacciona de forma diferente a los medicamentos. Este momento está rodeado de ansiedad y miedo. La primera sesión se dio de manera tranquila. Como estaba muy curiosa con todo lo que estaba ocurriendo, me quedé conversando con mis compañeros de quimioterapia y traté de absorber al máximo lo que ellos tenían para enseñarme, pues ya eran más experimentados que yo. Dos o tres días después de la aplicación, la medicación de la quimioterapia comenzó a actuar en el organismo y a generar efectos secundarios. La sensación en el cuerpo se asemeja a una fuerte gripe. El cuerpo entero duele. Las articulaciones molestan y no sientes ganas de hacer nada, apenas quedarse acostada. Este malestar dura unos días y el cuerpo se fortalece para la próxima sesión. Me quedé orgullosa de mi cabello que se mantuvo fuerte durante el primer ciclo! No hubo caída. Sin embargo, la doctora me lo advirtió, el cabello comenzaría a caer en los próximos días y así sucedió.

PROCESO QUE AÚN NO HA FINALIZADO

El paciente con cáncer se va a tratar y va a hacer acompañamiento sistemático el resto de su vida. En mi caso, aún necesito un medicamento de uso diario, por lo menos durante diez años. Esta medicación tiene algunos efectos colaterales: el calor corporal, dolores en las articulaciones y cansancio.


Siempre me dije a mi misma que no podía permitir que la enfermedad me dominara. Busqué expandir mis conocimientos para poder aprender a cuidar mejor de mi organismo. Mis pensamientos y mi fe siempre estuvieron orientados hacia mi cura y sé que mi Dios ha estado y está a mi lado en cada uno de los momentos de esa trayectoria. No, no es fácil! Sí, el miedo se hace presente en cada examen, con cada resultado, en cada consulta. Vivir y conocer el cáncer y conocer todo lo que hace en tu cuerpo te vuelve más fuerte, te da más coraje y aprendes a valorar cada día de tu vida con más intensidad. Está claro que la sombra de la muerte se hace presente, pero lo más importante es que usted tenga confianza en saber que está haciendo todo lo posible para mantenerse sano. Esta convicción hará que la sombra se disipe. En su lugar viene la gratitud, la devoción y el fortalecimiento de la fe.

PARA Y MEDITA

Si hay vida es para vivirla y aprovecharla al máximo. Hemos venido a este mundo para ser amados y amar, para relacionarnos y para dejar huellas en otros. Si tú mantienes tus ojos puestos en tus propósitos, que incluso exceden los de esta vida aquí en la tierra, cualquier situación adversa que se cruce en tu camino, se llame “cáncer” o cualquier otra cosa, se sobrellevará de otra manera.


Dios siempre está al control de todo y este pensamiento siempre estuvo en mi mente. Él me trajo palabras de consuelo y esperanza y esto es lo que deseo compartir contigo, en este momento en que acabas de recibir este diagnóstico y que estás leyendo este texto. Piensa en tu vida actual, en tu vida futura y lucha pidiendo fuerzas a Dios para enfrentar lo que se viene por delante. Toma todo esto como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje, y comienza a ver esta situación como una oportunidad de ayudar a otras personas, así como yo estoy haciéndolo en este momento.

Extracto de artículo escrito por Roseli Neumitz – Pedagoga / para Vivenciar.net


 

¡QUEREMOS ESCUCHARTE!





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