Éfeso era una de las ciudades importantes del Imperio Romano. Además de la importancia política y económica, también tenía su lado místico y religioso. Allí estaba el famoso templo de la diosa Diana, el principal atractivo turístico de la ciudad, y que impactaba inclusive las actividades de muchos cristianos. El apóstol Pablo había trabajado en la congregación de Éfeso y conocía muy bien los desafíos de sus congregados. Él no quería que ellos se alejaran de la fe. Por eso los desafía a que estén preparados y dice: “Tomad toda la armadura que habéis recibido de Dios” (Efesios 6:13). Somos atacados diariamente por conceptos e ideas que quieren alejarnos de la fe en Jesucristo. Nosotros también necesitamos estar preparados, no con nuestros propios méritos y esfuerzos, sino con las armas que Dios nos da. Dios envió a su propio Hijo, Jesús, para que venciera a nuestros enemigos en la cruz y resucitara mostrando su victoria. Con la fe puesta en Él, nos ponemos la armadura de Dios y estamos protegidos. Oremos: Gracias Señor, pues pusiste en mi vida las armas para mantenerme en la fe, aun en los momentos más complicados. Por Jesús. Amén.
Lectura: Efesios 6:13-18
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