Cuando estamos enfrentando complicaciones, nos angustiamos pensando a quién hablarle o qué hacer sobre esa situación. Sin embargo, cuando todo está marchando bien, muchas veces nos olvidamos de orar, pero Dios espera que hablemos con Él, especialmente en casos de emergencia. En otros momentos, sentimos vergüenza al darnos cuenta que solamente oramos pidiendo cosas. Pero lee lo que dice Salmos 116: “Yo amo a Dios, el Señor, porque Él me escucha. Él escucha todas mis oraciones. Él me escucha siempre que yo clame pidiendo socorro”. Por eso, en caso de emergencia, habla a Dios. Deposita tus angustias en Él. Él te dará consuelo, paz, fortaleza y esperanza.
Oremos: Gracias Señor, porque me oyes. Paso por momentos difíciles y es muy bueno saber que puedo dividirlas contigo. Amén.
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