Después de esto vi aparecer una gran multitud compuesta de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Era imposible saber su número. Estaban de pie ante el trono, en presencia del Cordero, y vestían ropas blancas; en sus manos llevaban ramas de palma, y a grandes voces gritaban: «La salvación proviene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.» Todos los ángeles estaban de pie, alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, y delante del trono inclinaron el rostro y adoraron a Dios. Decían: «¡Amén! A nuestro Dios sean dadas la bendición y la gloria, la sabiduría y la acción de gracias, y la honra, el poder y la fortaleza, por los siglos de los siglos. ¡Amén!» Apocalipsis 7:9-12
El libro de Apocalipsis está lleno de piezas artísticas: imágenes ilustrativas que son como grandes pinturas, las cuales puedes mirar y mirar allí parado durante horas y nunca terminar de ver todos los detalles. En la imagen en particular de este pasaje, vemos la victoria. Vemos el final de todo nuestro sufrimiento y el triunfo de Jesús nuestro Salvador. Estamos viendo el Acto V de la obra de arte que comenzó con la rebelión en el jardín del Edén y llegó a su clímax cuando Jesús sufrió y murió en la cruz.
Vemos personas, millones y miles de millones de personas, todas las personas que Jesús rescató de la muerte con su propia sangre. ¡Y son felices! Llevan ropa nueva y limpia y agitan ramas de palma. Están gritando y celebrando. Ha llegado el gran día, y todos los poderes del mal están muertos y desaparecidos. Dios es el Vencedor, y todo su pueblo con Él.
Pero no son sólo los seres humanos los que están celebrando. Los ángeles también están celebrando. Los ancianos están celebrando, sean quienes sean o lo que sean. Y las cuatro criaturas vivientes ante el trono están celebrando, criaturas tan extrañas que, si las personas modernas las vieran, las llamarían extraterrestres.
Toda la creación es feliz. Toda la creación está agradecida, gozosa y bendecida, ¿por qué? Por lo que Jesús ha hecho para salvar a su creación. Y dicen: «La salvación proviene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.» ¡Es hora de celebrar!
Y nosotros también podemos cantar esas palabras, aunque todavía estemos en la lucha, aunque no estemos del todo en el Acto V de la obra de teatro de la salvación de Dios. Porque sabemos que está por venir. Jesús ya ha venido a rescatarnos. Él ha sufrido, ha muerto y ha resucitado de entre los muertos, para que todos los que confiamos en Él podamos ser rehechos, nuevas creaciones de Dios. Lo veremos ocurrir con nuestros propios ojos. ¿Por qué no celebrar un poco antes?
ORACIÓN: ¡Amado Padre, gracias por tu Hijo, nuestro Salvador! Amén.
Para reflexionar:
* ¿Cuál es tu celebración favorita? ¿Un día festivo? ¿Un cumpleaños? ¿Otro día?
* ¿Qué es lo que más esperas de la victoria de Dios?
Dra. Kari Vo
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