Desde pequeños somos competitivos y queremos ganar. Pero, ¿será que siempre triunfamos? ¡Por supuesto que no! Muchas veces perdemos y existen cosas que no tenemos ni siquiera la oportunidad de salir victoriosos. La muerte por ejemplo. Solamente Jesucristo la venció. Jesús es victorioso sobre la muerte y quien confía en Él, por más que muera, vivirá. Pero ojo, solamente quien confía en Jesús vivirá nuevamente, no hay otro camino. ¿Quieres vencer a la muerte? ¿Quieres vivir para siempre en un lugar donde solamente hay alegría y regocijo? Entonces arrepiéntete de tus pecados y confía exclusivamente en Cristo como tu Salvador. Este es el camino a la vida eterna, no hay otro.
Oremos: Gracias, Señor Dios, por enviar a Jesucristo. Gracias a Él tenemos la victoria sobre la muerte y sabemos que en Él todos nuestros pecados están perdonados. En el nombre de Cristo. Amén.
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