Una de las responsabilidades más hermosas, importantes y exigentes del mundo es la de ser madre. No es fácil para una madre realizarse como mujer, pues toda mujer necesita tener claros valores en su papel de madre a fin de aprender a mantener un equilibrio entre sus hijos, su pareja, los exigentes quehaceres del hogar, las responsabilidades del trabajo y la necesidad de cultivar sus amistades.
Dios, nuestro Creador, tiene a cada madre e hijos cerca de Su corazón y le duele ver cómo la humanidad vive encerrada en sí misma mientras trata de encontrar sentido a la vida. Por eso envió a Su Hijo Jesucristo, para vivir, morir y resucitar entre nosotros a fin de rescatarnos de nuestra errónea manera de pensar y actuar. El desea renovarnos para que podamos ser personas íntegras, capaces de desenvolvernos con dignidad y
esperanza.
La responsabilidad de ser madre comienza en estas pocas palabras: “Ama a tus hijos. Sencillamente, ama a tus hijos. Todo tiene que comenzar allí”. Pero quizás te has
preguntado: ¿De dónde sacaré la energía y la dedicación para amar a mis hijos? Se habla del amor materno, ¿es eso suficiente o hay algo más? ¿El amor es simplemente un instinto, una reacción química o es algo que se tiene que aprender? Dios es amor, pero ¿cómo puedo confiar en Él?
Como madre, recuerda los cuatro principios que forman la base de tu maternidad, a fin de que te realices como mujer y guía de tus hijos, porque ellos:
- Son un don de Dios, nuestro Creador; recíbelos y acéptalos como tal porque Él te dio la oportunidad de ser como una llama, que da luz y calor al hogar.
- Necesitan tu amor más que cualquier otra cosa en el mundo.
- Necesitan aprender a ser personas responsables e íntegras. “Dale buena educación al niño de hoy, y el anciano de mañana jamás la abandonará”. Proverbios 22:6.
Formar Valores
La función de ser madre comienza desde el momento de la concepción. Tu papel como madre es comunicar y enseñarle valores a tus hijos. La ciencia ha comprobado que el 85% de nuestra personalidad se desarrolla cuando tenemos entre 6 y 7 años de edad. Esto destaca la importancia de darle a los hijos, desde el momento de su concepción, y aún más una vez nacido, el amor y el afecto que todo ser humano necesita para madurar.
Transmitir valores a tus hijos es uno de los desafíos más grandes, especialmente hoy en día cuando carecemos de una moral que gobierne con integridad nuestras vidas. Tus hijos necesitan aprender que no todo lo que quieren o desean lo deben necesariamente recibir cuando ellos lo quieren; es importante establecer metas y luchar por alcanzarlas. Cuando un hijo consigue todo con facilidad, no aprende ni aprecia lo que recibe, ni se aprecia a sí mismo, por no haber hecho el esfuerzo por conseguirlo.
Ellos necesitan aprender a ser agradecidos, conocer límites dentro de una vida estructurada lo que les ayudará a conocer que la dignidad y la libertad que el ser humano recibe de Dios es algo que compromete el vivir y el convivir con respeto, hacia los demás y hacia sí mismo.
Han de recibir una educación integral; además de leer y escribir bien, deben aprender la cortesía, la amabilidad, la capacidad de ser un buen amigo, un buen ciudadano; conocer y confiar en Dios, así como el servicio hacia los demás y el debido respeto a la naturaleza y los recursos que tenemos en nuestra tierra.
La Comunicación
Siete herramientas para comunicarte mejor con tus hijos incluyen:
- Planificar y asegurar el buen uso de tu tiempo.
- Expresar tu amor hacia ellos en forma incondicional.
- Lograr el equilibrio entre lo que dices y lo que haces.
- Ejercer la sinceridad.
- Dedicar esfuerzo y tiempo para el crecimiento personal.
- Ejercer el perdón.
Dios, en Su sabiduría, nos provee con el lenguaje de la comunicación para que los miembros de la familia se ayuden mutuamente y así lleguen a ser personas íntegras.
Ideas para lograr una comunicación positiva familiar
- Participa activamente en los juegos con los hijos.
- Fomenta el diálogo a través de preguntas motivando la sinceridad en vez de condenar.
- Destaca la importancia de escucharse atentamente.
- Anima a la lectura; relata historias.
- Enseña alternativas para resolver problemas.
- Crea la costumbre de comer juntos.
- Aprovecha el tiempo juntos, aún si éste es poco.
- Regula el uso del televisor, crea alternativas más dinámicas.
- Ora con los hijos; habla de Dios y el amor de Jesucristo.
La Bendición Familiar
Julia tiene una preciosa costumbre en su hogar, por la mañana y por la noche ella abraza a cada uno de sus hijos y los bendice, con palabras como: ¡Qué Dios te bendiga! o ¡Qué el amor de Dios sea contigo! La bendición familiar es una antigua tradición que permite a los padres expresar con palabras y acciones afectuosas, el amor que tienen para con
sus hijos.
1- Comunica un contacto físico significativo.
2- Expresa con palabras la paz y el amor de Dios.
3- Expresa una profunda valorización.
4- Describe el deseo de un futuro especial.
5- Compromete a la familia a dar y recibir mutuamente.
Elementos básicos de la Bendición Familiar
La bendición familiar es un breve contacto que dura unos segundos, pero comunica un cálido afecto. Por más pequeño que pueda ser, transmite amor y seguridad. Recuerda: Tus hijos tienen hambre de amor. ¡Aliméntales con tu cariño!
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