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Hablando claramente

Paul Schreiber

Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, y esto, no con palabras elocuentes, para que la cruz de Cristo no perdiera su valor. El mensaje de la cruz es ciertamente una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan, es decir, para nosotros, es poder de Dios. 1 Corintios 1:17-18



El médico se apresuró a informar a su paciente los resultados de sus exámenes y qué debía esperar. "Nuestras pruebas confirman que tiene vías sinusales inflamadas con concentraciones de sedimento faríngeo y mucosa que delimitan su respiración. Puede esperar que esto dure por un tiempo, pero con el régimen apropiado de productos farmacéuticos antibacterianos, vitamina C y minerales a base de zinc para combatir sus exigencias sintomáticas exacerbadas, podríamos controlarlo".

El paciente estaba horrorizado después de escuchar sus pronósticos expertos y elocuentes, y muy confundido sobre lo que significaba todo. "Solo dígamelo directamente, doctor. ¿Me voy a morir o no?"

El médico se puso los bifocales y garabateó algo críptico en un bloque de notas. Arrancó una hoja y se la entregó al paciente atemorizado. "Tienes un resfriado desagradable. Toma dos de estos cada seis horas, bebe mucha agua y descansa un poco. Te sentirás mejor en poco tiempo".

¿Te ha pasado eso alguna vez? Nos dicen algo con términos demasiado avanzados y quedamos desconcertados. Lo que podría ser una explicación práctica y sencilla se convierte en una masa de lodo que nos deja rascándonos la cabeza.

Afortunadamente, Pablo y los otros discípulos de Jesús hablaron sencilla y claramente, no con palabras exageradas que nadie podía entender ni procesar, sino con corazones que querían compartir las sencillas Buenas Nuevas: Jesús murió y resucitó para derrotar al diablo. Su victoria sobre la tumba es nuestra a través de la fe en Él como Señor y Salvador.

En lugar de complicar demasiado el mensaje del Evangelio: "para que la cruz de Cristo no perdiera su valor", Pablo sabía que debía hablar de una manera que la gente entendiera lo que estaba diciendo. Su mensaje tenía las verdades centrales que él mismo había escuchado y entendido como el Evangelio de Dios: "En primer lugar, les he enseñado lo mismo que yo recibí: Que, conforme a las Escrituras, Cristo murió por nuestros pecados; que también, conforme a las Escrituras, fue sepultado y resucitó al tercer día"(1 Corintios 15: 3-4).

Pablo era el portavoz, pero Dios era quien creaba las oportunidades, y cuando lo hacía, Pablo quería estar listo para hablar en términos claros y sin dudas. "Oren también por nosotros, para que el Señor nos abra las puertas y prediquemos la palabra, para que demos a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso. Oren para que pueda proclamarlo como debo hacerlo." (Colosenses 4: 3-4).

Que nosotros también podamos hablar como debemos hacerlo.

ORACIÓN: Padre celestial, que nuestras palabras sean sinceras y sencillas cuando les hablemos a otros acerca de Tu Hijo, nuestro Salvador, Jesucristo. En su nombre Amén.


 

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