Entonces, ¿qué diremos? ¿Seguiremos pecando, para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?... Sabemos que nuestro antiguo yo fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado... Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni lo obedezcan en sus malos deseos. Tampoco presenten sus miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino preséntense ustedes mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y presenten sus miembros a Dios como instrumentos de justicia. El pecado ya no tendrá poder sobre ustedes, pues ya no están bajo la ley sino bajo la gracia (Romanos 6:1,2, 6, 12-14)
A veces podemos caer en la tentación de pensar que podemos hacer cosas pecaminosas sin preocuparnos demasiado, porque creemos que Dios nos perdonará de todos modos. Y pensamos: "¿Por qué no hacer lo que me da la gana si sé que seré perdonado de todas formas?".
Pero esta actitud de inmadurez está equivocada en un aspecto muy importante: Cristo está unido a nosotros en nuestro Bautismo. Así que, no debemos tomar a la ligera la gracia de Dios y usarla como una excusa para seguir pecando.
Dios nos invita a vivir inmersos en su vida y a no volver a una vida dominada por el pecado. Él nos capacita y habilita para vivir en la libertad de su gracia.
Señor, no permitas que creamos la mentira de que podemos seguir pecando para que tu gracia abunde. Que el pecado no reine en nosotros, ni que obedezcamos sus malos deseos. Sino que nos presentemos como instrumentos de justicia y recordemos que el pecado ya no tiene poder sobre nosotros. Gracias porque nuestro antiguo yo fue crucificado juntamente con Cristo, para que no sirvamos más al pecado, porque en Cristo somos habilitados para vivir en la libertad de tu gracia. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Qué puedes hacer hoy para ejercer la libertad que Cristo te dio sobre el pecado?
* ¿Con quién puedes compartir hoy la buena noticia de que somos habilitados para vivir en la libertad de la gracia de Dios?
Diaconisa Noemí Guerra
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