Hermanos, no queremos que ustedes se queden sin saber lo que pasará con los que ya han muerto, ni que se pongan tristes, como los que no tienen esperanza. ... sino que el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que aún vivamos y hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir en el aire al Señor, y así estaremos con el Señor siempre. Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras.
(1 Tesalonicenses 4:13, 16-18)
Entra conmigo en la escena. ¡Llegó el gran día, es el regreso de nuestro Señor Jesús! Descenderá del cielo con gran poder, acompañado por el sonido de una trompeta fuerte y la voz de un arcángel. Todos los que han creído en Él, incluso los que ya han muerto, serán levantados para encontrarse con Él. Será un momento muy especial, porque los que estén vivos también subirán a las nubes para recibir a Jesús. Todos juntos, los que murieron y los que estén vivos, estaremos con Jesús para siempre. Será un momento de gran alegría y felicidad. ¡Qué momento tan glorioso será ese!
Por eso, debemos animarnos unos a otros mientras esperamos con paciencia este increíble día con la esperanza y la certeza que tenemos como creyentes en Jesús. Tenemos la seguridad de que un día experimentaremos la resurrección y la vida eterna junto a Él. Y esto no es algo que solo esperamos en el futuro; es algo que nos capacita y nos guía hoy por sus medios de gracia.
Jesús nos invita a vivir con valentía y a compartir la esperanza que tenemos en Él. Nos llama a actuar con amor y compasión, sabiendo que su regreso está cerca. Pero también reconoce nuestras debilidades y fracasos. Cuando fallamos su gracia nos cubre, su perdón nos libera y nos da nuevas fuerzas para seguir intentándolo.
Así que, mientras esperamos con ansias su regreso, vivamos con propósito y fe. Compartamos la esperanza de la resurrección con quienes nos rodean y amemos como Jesús nos ha amado.
Padre nuestro, gracias por la esperanza que nos has dado a través de Cristo Jesús. Ayúdanos a vivir con valentía y amor mientras esperamos su regreso glorioso. Fortalécenos con tu gracia y perdón, y capacítanos para compartir la esperanza de la resurrección con los demás. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Qué sucederá cuando Jesús regrese de forma visible?
* ¿Cómo te preparas para ese día?
Diaconisa Noemí Guerra
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