Hay momentos de la vida en los que nos sentimos vacíos, incluso muchas veces no vemos el sentido para seguir viviendo. Nuestras buenas intenciones terminan saliendo mal y resultan en una serie de problemas y conflictos. Nuestra conciencia está cargada y un peso enorme está sobre nuestros hombros. Mirando al futuro, el miedo es aún mayor; ¿Qué será del día de mañana?
Las ganas de huir, abandonar todo y empezar nuevamente, intentar olvidar el pasado. ¿Sería esta la solución?, no, porque el comando y el control de todas las cosas está en las manos de Dios. Él permite momentos de crisis y conflictos en nuestro vivir con el propósito de conducirnos a Su encuentro. El verdadero cambio en la vida solamente sucede con la intervención de Dios. El Espíritu Santo de Dios deberá revelar que únicamente por medio de Jesucristo, podemos ser reconciliados con Dios y encontrar la verdadera paz. Él providenciará todo lo que necesitamos en la cantidad y en la hora que Él crea oportuna.
Oremos: Señor, ven y habita en mí con Tu Santo Espíritu. En el nombre de Jesucristo. Amén.
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