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Dos reinos



Ante todo, exhorto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que ocupan altos puestos, para que vivamos con tranquilidad y reposo, y en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen a conocer la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, que es Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. Para esto fui constituido predicador y apóstol (digo la verdad en Cristo, no miento), y maestro de los no judíos en la fe y la verdad. 1 Timoteo 2:1-7


Sabemos que debemos orar por nuestros líderes. Oramos por los presidentes, gobernadores y reyes, por los congresistas y alcaldes y por todos los que tienen autoridad sobre nosotros. Pero Pablo explica la razón por la cual él dice: "Para que vivamos con tranquilidad y reposo, y en toda piedad y honestidad". ¿De qué está hablando? La principal preocupación de Pablo con los políticos y el gobierno parece ser solo una cosa: que hagan su trabajo correctamente para que el resto de nosotros podamos continuar con nuestro trabajo, que es vivir como seguidores de Jesús. ¿Y qué significa eso? ¡Tantas cosas! Por ejemplo: velar por nuestros vecinos en tiempo de necesidad, visitar a los enfermos, escuchar a los solitarios, orar por las personas que necesitan ayuda, hablar de Jesús a quienes aún no lo conocen, dar de nuestro tiempo y dinero para hacer del mundo un lugar mejor. Todas estas cosas las hacemos porque es lo que Dios quiere que hagamos: "Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen a conocer la verdad". Esto no significa que porque somos cristianos no podamos involucrarnos en política. Dios ha llamado a algunos de nosotros para hacer ese trabajo, así como ha llamado a otros para hacer otras cosas. Pero sí significa que debemos mantener Su reino en primer lugar en nuestros corazones y no dejarnos distraer por la ira, la indignación o la ambición. Jesús dijo: "Mi reino no es de este mundo" (Juan 18: 36a). Ciertamente Él dio su vida por todas las personas de este mundo, para hacernos ciudadanos del reino de Dios, donde viviremos en gozo y paz bajo nuestro Rey resucitado. Entonces vivimos en este mundo como lo hizo Jesús: en él pero no de él. Amamos a las personas que nos rodean, incluidos aquellos que nos guían, y rezamos por ellos, incluso, quizás especialmente, por aquellos que nos vuelven locos. Hacemos esto porque Jesús vive a través de nosotros en este mundo. Hasta el día en que Él regrese visiblemente, somos sus representantes. ¿Cómo podemos hacer esto? Sólo a través del poder del Espíritu Santo. Él viene primero—antes de cualquier poder o partido o sistema político, Jesús viene primero. ORACIÓN: Querido Señor, mantén mi corazón puesto en Ti, y vive a través de mí. Amén. Para reflexionar: * ¿Te resulta fácil o difícil amar a quienes tienen opiniones políticas diferentes a las tuyas? * ¿Cómo puede el Espíritu Santo ayudarte a amar a los demás sin importar la política? Dra. Kari Vo



 

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