[Jesús dijo:] «Por lo tanto, no se preocupen ni se pregunten "¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?" Porque la gente anda tras todo esto, pero su Padre celestial sabe que ustedes tienen necesidad de todas estas cosas. Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Así que, no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. ¡Ya bastante tiene cada día con su propio mal!»
(Mateo 6:31-34)
Jesús no nos está diciendo aquí que seamos perezosos e irresponsables, nos recuerda que sabiendo que somos perdonados y salvados, podemos confiar nuestra vida entera a su cuidado amoroso y dedicarnos a buscar su reino haciendo uso fiel de su Palabra y sacramentos. De esa forma, el Espíritu Santo nos lleva a arrepentirnos de nuestros pecados y a confiar en él plenamente. Es un descanso sin pereza.
Dios quiere que confiemos solo en Él, como lo dice en el Primer Mandamiento: "No tendrás dioses ajenos delante de mí", que significa que "más que a todas las cosas debemos temer y amar a Dios y confiar en él". Es que ningún otro dios tiene la capacidad de darnos o sostenernos la vida. Solo Dios puede y quiere darnos todo lo que necesitamos y estar con nosotros en todo momento.
Temerle a Dios más que a todas las cosas significa tomar en serio que Él es nuestro creador y juez, y que habla en serio cuando nos advierte sobre el castigo por nuestra desobediencia.
Amarlo más que a todas las cosas implica valorarlo por encima de todo, dedicándole nuestra vida con gusto. Confiar en Él más que en todas las cosas significa creer firmemente que Él cuida de nosotros y cumple sus promesas.
Jesús ya cumplió a la perfección todos los mandamientos de Dios en nuestro lugar. Entonces ahora, fortalecidos por su Palabra y Sacramentos, nos esforzamos por obedecer sus mandamientos. Por lo tanto, descansemos sin pereza, depositemos nuestra confianza en nuestro creador y único Dios verdadero, quien nos ama y provee todo lo necesario tanto en esta vida como en la eternidad.
Padre, ayúdanos a no tener dioses falsos, sino a buscar primeramente tu reino y su justicia, y a confiar que todas estas cosas nos serán añadidas. Danos sabiduría para temer tu ira, fortaleza para amarte por encima de todo y fe para confiar solo en tus promesas. Amén.
Para reflexionar:
* ¿En qué áreas de tu vida estás confiando en cosas o personas, y no en Dios?
* ¿Qué puedes hacer para aplicar la confianza en Dios y dejar tus preocupaciones en sus manos en esas situaciones?
Diaconisa Noemí Guerra
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