¿A quién debes pedir perdón?
- Cristo para Todas Las Naciones
- hace 3 días
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Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y ve y reconcíliate primero con tu hermano, y después de eso vuelve y presenta tu ofrenda (Mateo 5:23-24).
Nelson Mandela fue un líder sudafricano que luchó contra el Apartheid, un sistema de segregación racial que oprimía a la población negra en Sudáfrica. Desde joven, dedicó su vida a la resistencia contra la injusticia y, por su activismo, fue encarcelado durante 27 largos años.
Muchos esperaban que, al salir en libertad, buscara venganza, pero en lugar de eso, promovió la reconciliación. Como el primer presidente negro de Sudáfrica, estableció la Comisión de la Verdad y Reconciliación, donde aquellos que habían cometido injusticias podían confesar sus faltas y pedir perdón. Mandela entendía que el perdón no borra el pasado, pero abre el camino para sanar.
Cuando tú y yo estábamos enemistados con Dios, Él tomó la iniciativa para reconciliarnos. No esperó a que lo buscáramos; Jesús vino a nosotros, cargó con nuestro pecado y nos reconcilió con el Padre en la Cruz. En su Sermón del Monte, nos recuerda que, si tenemos algo pendiente con alguien, antes de presentarnos ante Dios, busquemos la reconciliación. Pero la realidad es que muchas veces fallamos. Guardamos rencor, evitamos pedir perdón y nuestro orgullo nos detiene.
La buena noticia es que Cristo no solo nos enseñó sobre la reconciliación, sino que la cumplió por nosotros. Cuando nuestro corazón se resiste, su Espíritu nos transforma. Su gracia nos sostiene y nos capacita para hacer lo que humanamente no podemos. Jesús es la fuente de reconciliación.
Si hay alguien a quien has herido, confía en que Jesús te capacita para confesar tu falta y buscar la paz.
Padre nuestro, gracias porque en Cristo nos has reconciliado contigo y nos has dado tu perdón sin merecerlo. Ayúdanos a confesar nuestras faltas, buscar la paz con nuestro prójimo y descansar en Tu gracia. En el nombre de Jesús. Amén.
Para reflexionar:
* Cristo te reconcilió con Dios sin que tú lo merecieras. ¿Cómo te anima esto a buscar la paz con otros?
* Jesús ya pagó por tu pecado. ¿Cómo te libera esto para confesar tus faltas sin temor?
Diaconisa Noemí Guerra
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