Pero después Jesús se apareció, en otra forma, a dos de ellos que iban de camino al campo. Ellos fueron y se lo contaron a los otros; y ni aun a ellos les creyeron. Finalmente se apareció a los once mismos, mientras ellos estaban sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y obstinación, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, será condenado.
(Marcos 16:12-16)
Cómo creer tantas noticias fantásticas si tres días atrás Jesús había sido sepultado y la piedra estaba bien sellada. Sin intentar asustar a nadie Jesús se les fue apareciendo de a poco, les explicó las Escrituras nuevamente y se mostró con sus heridas, los testigos más fieles creyeron que él era el mismo que había sido crucificado el viernes.
Cristo es el mismo hoy. Sus heridas son testigos de su amor por nosotros y su resurrección es el testimonio viviente del poder de Dios. Y más que eso, la resurrección de Cristo es un testimonio único y efectivo de que también nosotros resucitaremos, ahora a una vida nueva, sin temores, sin desesperación, y luego a una vida eterna junto con todos los demás creyentes en Cristo. ¡A cuántos cristianos de otras partes del mundo y de tiempos históricos conoceremos en el cielo! ¡Qué gran fiesta será la celebración de las bodas del Cordero!
La resurrección y sus primeras apariciones fueron testigos del amor de Dios a las generaciones que siguieron. Luego los discípulos anunciaron la resurrección acompañada de la gran advertencia y promesa de Jesús: "El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, será condenado."
Damos gracias a Dios porque sus discípulos testificaron con palabras y hechos, y pedimos por valor y ánimo para ser nosotros también fieles testigos de lo que Dios ha hecho en nuestra vida.
Gracias, Jesús, por mostrarnos a Dios y llevarnos a él. Amén.
Para reflexionar:
* Jesús resucitado se aparece hoy en su Palabra. Escúchala, léela, enséñala.
* Comparte esta noticia con alegría para darle esperanza a otros.
Rev. Héctor Hoppe
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