Hace años conseguí un trabajo que amaba. Esperaba tenerlo durante décadas hasta que me retirara. Sin embargo, después de solo cuatro años renuncié. ¿Por qué? Me había convertido en un malversador de tiempo.
Te conviertes en un malversador del tiempo cuando agregas demasiado a tu lista de tareas pendientes. Esperas tener suficiente tiempo, pero luego te das cuenta que calculaste mal. A veces, los malversadores de dólares devuelven el dinero que robaron, pero nosotros los malversadores de tiempo nunca podemos devolver las horas que hemos robado. Una vez que el tiempo pasa, ¡se ha ido para siempre!
La malversación del tiempo ocurre cuando “pedimos prestado” de una cuenta para pagar el uso excesivo del tiempo en otra. Esto sucede de muchas maneras:
• Teresa regularmente lleva proyectos de trabajo a su casa para abordar en la noche. “Son solo un par de horas”, se dice a sí misma. Pero se está robando esas horas de su cuenta de tiempo familiar para equilibrar su cuenta de trabajo que está en descubierto.
• Andy está orgulloso de su físico musculoso, al que mantiene bombeando hierro varias horas al día. Mientras tanto, trabaja solo esporádicamente y las cuentas se están acumulando. Andy está sacando tiempo de su cuenta de trabajo para apoyar su hábito excesivo de autocuidado.
• Sharon no puede decir que “no” a las solicitudes de ayuda en los comités cívicos y de la iglesia. Al mismo tiempo, se queja: “¿Por qué no puedo encontrar un momento para descansar?” Los gastos de tiempo de la comunidad de Sharon están agotando su cuenta de autocuidado.
¿Te suenan estos escenarios?
Principios básicos para la administración del tiempo
¿Cómo podemos salir de la arena movediza de malversación del tiempo? Con los años, he desarrollado un método que me ayuda a evitarla. Lo llamo “presupuesto de tiempo”, y se puede hacer usando cualquier calendario. Comencemos con cuatro componentes esenciales de la gestión del tiempo.
1. Mantén un calendario en el que registres tus citas y tareas. Mis comentarios se basarán en la planificación de una semana a la vez.
2. Planifica tu semana haciendo una lista con las tareas pendientes. Haz esto en forma regular, así tendrás un mejor panorama de la semana. Cada vez que terminas una tarea, la tachas.
3. Da prioridad a cada tarea en tu “lista de tareas pendientes”, según su orden de importancia y lo pronto que deban hacerse. Puedes usar una fórmula mental como Prioridad + Urgencia = Orden de importancia.
• Coloca una “a” junto a las tareas más urgentes y de mayor prioridad.
• Escribe una “b” al lado de las tareas de menor prioridad o menos urgentes.
• Pon un “c” al lado de las que tienen la menor prioridad.
4. Dedícate primero a las tareas con la “a”, luego a las que tienen una “b” y así sucesivamente. Hay muchas posibilidades de que no llegues a las “c” en esa semana. Está bien. Te enfocaste en lo que era más importante.
Al equilibrar la prioridad y la urgencia, es importante colocar las tareas de alta prioridad en la parte superior de la lista. De lo contrario, un día lleno de actividades urgentes pero no tan importantes podría impedirte hacer las cosas que son más importantes.
¿Por qué hacemos mal uso del tiempo?
Un presupuesto del tiempo puede disminuir significativamente la tentación de malgastar tu tiempo, pero no es una panacea. Solo trata los síntomas. Además de tener un plan para administrar el tiempo, necesitamos un principio liberador para transformar la forma en que vemos el tiempo.
¿Por qué usamos mal nuestro tiempo? A veces culpamos a nuestro entorno. Así como nuestra sociedad nos tienta a vivir más allá de nuestras posibilidades, también nos obliga a sobrecargar nuestro horario. ¿Acaso significa esto que somos impotentes y no somos responsables de nuestras elecciones? Considera esta historia.
Ted yacía en un sofá hablando con su psicoanalista. “Doc”, dijo, “estoy muy ocupado y estresado. ¿Qué pasó con el golf? ¿Qué pasó con el romance? Mi vida está fuera de control. Siento que estoy en un tren expreso, pasando a mi esposa, hijos, amigos y pasatiempos. Los veo, pero no puedo parar y tocarlos. Estoy atrapado en un tren fuera de control”.
El psicoanalista reflexionó un momento y luego dijo: “Ted, no estás en el tren. Tú eres el tren. Tú eres quien elige moverse a una velocidad vertiginosa. La decisión de reducir la velocidad del tren es tuya."
Somos tan propensos a convertirnos en un tren expreso lleno de exceso de compromiso. Anhelamos más tiempo y anhelamos demostrar nuestra valía.
Entonces ya es momento de hacer un alto, reflexionar, detener ese vertiginoso andar y empezar a hacer los ajustes que nuestras vidas necesitan. ¿Te animas a empezar?
Extracto del folleto Es sólo cuestión de tiempo, escrito por Dr. Philip M. Bickel, producido por Para El Camino.
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