Cuando los miembros de una familia no tienen una buena comunicación parece que nada funciona. Una familia que no se comunica enfrenta desencuentros en la rutina, en los horarios y principalmente en los objetivos en común. Un padre que no se entiende con la madre, hijos que no saben a quién prestar atención e, incluso, dudan en quién confiar, son situaciones reales y frecuentes. Si el padre y la madre no están en sintonía con sus objetivos, sus metas, la crianza de los hijos y tantos otros asuntos relativos a la convivencia, este grupo puede llegar a entrar en crisis y desfragmentarse. Por esto, una buena comunicación entre los miembros de la familia hace que todos trabajen para un mismo objetivo, un desarrollo en común. Asumir tareas, roles y responsabilidades implica, primeramente, una conversación clara de hacia dónde quieren ir como familia unida, con un propósito.
Manteniendo los vínculos
Cuando tenemos dificultad para comunicarnos parece ser difícil crear vínculos con los amigos o las personas cercanas. Incluso, hacer nuevas amistades es un problema. Podemos terminar aislándonos de nuestros colegas de estudio o trabajo por estas actitudes y acostumbrarnos a ello. Esta actitud puede verse como desinterés al otro. Sin darnos cuenta estamos solos y parece que nadie se interesa demasiado por nosotros.
Reconocer que tenemos dificultad para comunicarnos es el primer paso, abrirnos a la posibilidad de generar espacios para el diálogo, simplemente haciendo preguntas triviales y oportunizando la respuesta del otro, es una forma de disponernos a conversar y a mostrarnos interesados. Quizás, al principio, sea difícil pero lograr una buena comunicación es algo que se desarrolla con el hábito, la práctica y fundamentalmente la actitud. Somos seres sociales y comunicativos por naturaleza.
Cómo hablar efectivamente
Muchas situaciones de la vida nos hacen preguntarnos cómo comunicarnos efectivamente, con los compañeros de trabajo, la familia y los amigos. El hablar efectivamente es algo sumamente importante. Al expresar ideas se intercambia información, la influencia sobre los otros y tus actitudes condicionan las relaciones. Por eso es necesario desarrollar la habilidad de comunicarse efectivamente. Algunos consejos básicos para tener en cuenta a la hora de hablar:
Ser consiente del tono y volumen de la voz, considerando lo que estoy transmitiendo.
Luego de escuchar con atención estarás listo para desarrollar alternativas o soluciones a lo planteado. En esta etapa, conviene dejar que la persona elabore sus propias conclusiones.
Los gestos, la postura física y las expresiones faciales que hacemos en la conversación, evitando cruzarnos de manos o no mantener contacto visual. Esto, aunque no conlleve palabras, comunica, incluso, mucho más fuerte lo que vayamos a decir con las palabras.
Exploración, luego de escuchar a alguien, podemos hacer preguntas para obtener información adicional y mostrar interés.
Toma una actitud positiva como interlocutor. Siempre es bueno comunicarse con alguien así.
Una motivación adecuada es la que determinará el proceso comunicativo. El respeto hacia el otro es fundamental.
Como individuos, debemos ir en búsqueda de la buena comunicación, la comunicación efectiva, que se logra a través de la empatía y el interés en escuchar y preocuparse por el otro.
Extracto de artículo escrito por Lic. Sheila Baptista / para Vivenciar.net
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