Esto quiere decir que, en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, sin tomarles en cuenta sus pecados, y que a nosotros nos encargó el mensaje de la reconciliación. (2 Corintios 5:19)
Cuando nuestra hija consiguió su primer trabajo estaba emocionada de poder contribuir en casa, por lo que quiso enviarme dinero a través de Zelle© para ayudar con los gastos. Sin embargo, se equivocó al ingresar los números y, en lugar de enviármelo a mí, lo mandó a un extraño. Esta persona recibió un depósito inesperado en su cuenta de banco sin hacer absolutamente nada. Espero que por lo menos lo haya usado bien.
Al igual que ese desconocido que recibió ese depósito inesperado, nosotros recibimos el regalo inmerecido e inesperado de la reconciliación con Dios gracias al sacrificio de Jesús. Este perdón no se basa en nuestros méritos o acciones, sino en la gracia abundante y el amor incondicional de Dios. Y Él no comete errores, sino que voluntaria e incondicionalmente nos regala el perdón y la vida eterna por su gran amor por nosotros.
Dios promete que, por amor a Cristo, no tendrá en cuenta nuestros muchos pecados. Y no solo eso, sino que también nos declara justos, es decir, nuestros pecados le han sido atribuidos o cobrados a Cristo, el Salvador, y la justicia de Cristo nos ha sido atribuida o acreditada a nosotros. Sin lugar a duda, ¡esto es mucho mejor que recibir un par de dólares inesperados en la cuenta de banco!
Dios espera que usemos bien el depósito inesperado de su perdón y gracia. Mediante el bautismo, la Santa Cena y la Palabra de Dios, somos capacitados para vivir en reconciliación con Dios y con los demás. Así podemos ser embajadores de esa reconciliación, compartiendo el mensaje de perdón y amor de Cristo con el mundo.
Padre nuestro, gracias por el sacrificio de Jesús, quien nos reconcilió contigo y nos otorgó el regalo inmerecido de tu gracia. Ayúdanos a vivir como embajadores de tu reconciliación, compartiendo tu amor y perdón con todos los que nos rodean. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Cómo puedes compartir la gracia y el perdón que has recibido de Dios con quienes te rodean?
* ¿De qué maneras puedes ser un embajador de la reconciliación de Dios, compartiendo su amor y su mensaje de esperanza?
Diaconisa Noemí Guerra
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