Cristo para Todas Las Naciones

17 de may de 20212 min.

Nos encuentra allí donde estamos

Todavía estaban ellos hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz sea con ustedes!» Ellos se espantaron y se atemorizaron, pues creían estar viendo un espíritu; pero Jesús les dijo: «¿Por qué se asustan? ¿Por qué dan cabida a esos pensamientos en su corazón? ¡Miren mis manos y mis pies! ¡Soy yo! Tóquenme y véanme: un espíritu no tiene carne ni huesos, como pueden ver que los tengo yo.» Y al decir esto, les mostró las manos y los pies. Y como ellos, por el gozo y la sorpresa que tenían, no le creían, Jesús les dijo: «¿Tienen aquí algo de comer?» Entonces ellos le dieron parte de un pescado asado, y él lo tomó y se lo comió delante de ellos. Luego les dijo: «Lo que ha pasado conmigo es lo mismo que les anuncié cuando aún estaba con ustedes: que era necesario que se cumpliera todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.» Lucas 24:36-44

Me encanta la sencillez con que Jesús trata a los discípulos en esta historia. Sabe que están en estado de shock. Sabe que no pueden creer lo que ven. Y por eso no los obliga a moverse más rápido de lo que pueden hacerlo: les muestra sus cicatrices, les permite comprobar que Él es realmente de carne y hueso y hasta come delante de ellos. Les da tiempo para asimilarlo todo.

Jesús encuentra a sus discípulos allí donde ellos están, no donde le gustaría que estuvieran. Habría sido tan fácil para Él decir: 'Les dije que todo esto iba a suceder. También está en la Biblia. ¿Por qué tardan tanto en comprenderlo?' Pero no, Jesús es paciente con ellos, porque los ama. Y entonces les da todas las pruebas que necesitan antes de pasar al siguiente punto en la agenda: la venida del Espíritu Santo y su misión al mundo.

Jesús también es así de paciente con nosotros: no nos grita, incluso cuando tiene todas las razones para hacerlo, pues sabe lo que somos. Como dijo David: "El Señor se compadece de los que le honran con la misma compasión del padre por sus hijos, pues él sabe de qué estamos hechos; ¡él bien sabe que estamos hecho de polvo!" (Salmo 103: 13-14). Y también sabe lo que seremos: "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Pero sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él porque lo veremos tal como él es" (1 Juan 3: 2).

Jesús es amable y tierno con nosotros, tal como lo fue con sus discípulos desorientados. Y esto no es una sorpresa, porque Él es Aquel que eligió sufrir, morir en una cruz y resucitar, todo para hacernos suyos. Si te amó tanto entonces, tanto te ama también hoy.

ORACIÓN: Señor, ayúdame a responder a Tu amor con confianza y coraje. Amén.

Para reflexionar:

* ¿Te preocupa que Dios se pueda sentir decepcionado de ti?

* ¿Qué cosas específicas te ayudan a recordar cuánto te ama Dios?

Dra. Kari Vo



 
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